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Interview (Spanish)
Liam Gallagher: entrevistamos al hermano 'malo' de Oasis
Pocos le ganan en un pulso de descaro y soberbia. El último arrebato del exvocalista de Oasis llega en forma de disco, As You Were, su debut en solitario con el que da por zanjada su etapa como líder de bandas de rock. Un pretexto perfecto para charlar con él sobre esta nueva era, sus últimos desplantes en la red o la posible reunión del quinteto de Mánchester.
POR DANIEL MESA 07/10/2017
Londres. Veinte grados. Siempre es un gustazo escaparse a la capital británica y dejar atrás aunque sea por unas horas el asfixiante calor madrileño. Más aún cuando el objetivo de la visita es entrevistar para Esquire España a uno de los personajes vivos más mediáticos y jugosos que ha visto nacer la isla en los últimos 50 años.
Esperamos la llegada del hermano malo de los Gallagher –título que el músico se ha ido labrando en los últimos treinta años debido a su naturaleza impulsiva y temeraria– en un estudio situado en Kentish Town, al norte de Londres. Liam no se hace esperar demasiado e irrumpe de pronto en el plató acompañado de su novia y mánager, la publicista Debbie Gwyther, con quien vive hoy alejado de la mala vida en un ático de lujo en la zona de Highgate. Pequeñas licencias de una estrella del rock.
Nada más entrar nos saluda con la cabeza frunciendo su famoso entrecejo. Seco, pero con decisión. El exlíder y vocalista de Oasis parece nervioso, agitado. Se frota las manos y transita de un lugar al otro del set esperando a que alguien le diga lo que tiene que hacer. “¿Qué me pongo? Traigo un montón de ropa propia. ¿Queréis que me cambie o con esta chaqueta vale?”. Efectivamente, trae consigo una maleta con la que cualquier mortal se apañaría durante una semana. O dos. Una vez zanjado el asunto del estilismo –lo de jugar a las barbies no va con su pretendida actitud de tipo duro con estilo–, Liam se muestra aliviado, decidido a hacer todo lo que esté en sus manos para contentar al personal. Eso sí, “nada de sonreír ante la cámara”, espeta implacable. Pocos cantantes cuentan con una pose tan estudiada y calibrada al milímetro como el mancuniano, quien cada poco busca aprobación a su acting con furtivas miradas a su pareja. Ni siquiera los malotes se salvan de esas incómodas repentinas faltas de autoconfianza.
Patricia Gallego
El menor de los Gallagher acaba de cumplir 45 años y, a pesar de su buena forma física, los años de tralla y castigo de una juventud marcada por el éxito y adicciones de todo tipo se hacen patentes en un rostro que rezuma cansancio. Volvemos al cuento de la rock star. Los vaivenes emocionales, su divorcio millonario con la integrante de All Saints Nicole Appleton y un juicio por el que su amante Liza Ghorbani le reclama una alta suma para la manutención de su última hija, Gemma, (con la que el cantante suma cuatro retoños) tampoco han ayudado últimamente. “En los últimos cuatro años he tenido que aguantar muchas cosas en mi vida. Cada día al despertarme lo único que oía era: ‘Abogados, abogados, abogados’. Por un momento lo único que quería era mandarlo todo a la mierda e irme a vivir a España. Pensé en Mallorca. Un lugar en el que podría cambiar de vida comiendo bien, tomando el sol en un enorme jardín y estar bronceado todo el año”, cuenta alimentando sin percatarse el cliché del inglés medio ávido de costa, sol y paella.
Este disco es sin duda lo más personal que he publicado en mi vida.
Sin embargo, los planes se torcieron hacia el buen sentido para mayor gloria de los fans del macarra por antonomasia del pop indie. A justo un año del estreno del documental Oasis: Supersonic y después de dos discos publicados con Beady Eye, Liam Gallaguer publica este 6 de octubre su primer disco en solitario, As You Were (Warner Music), del que en los últimos meses dio a conocer los singles Wall of Glass y Chinatown. “Esto es sin duda lo más personal que he publicado en mi vida. Casi todo el disco está escrito por mí, alrededor del 70 %, a excepción de alguna que otra canción que compuse junto a Andrew Wyatt”. Cinco, para ser exactos, son los cortes del disco en los que el vocalista de la banda sueca Miike Snow y letrista de gente como Florence + The Machine, Bruno Mars o Charli XCX participa como coautor. “El proceso de composición ha sido fácil. Tenía algunos temas ya escritos y solo necesitaba grabarlos. Así que me fui a Los Ángeles para trabajar junto a Greg Kurstin –multiinstrumentalista conocido por sus trabajos para Sia o Adele y que produce parte del álbum– y Andrew.
Allí pasamos tres días dando forma en el estudio a las canciones Wall of Glass, Paper Crown y Come Back to Me. Luego me volví a Inglaterra y seguí componiendo el resto. En poco tiempo y de manera natural conseguí escribir todos los temas. Reconozco que no soy muy rápido en esto de hacer canciones. Es un proceso tan personal que siempre tengo la sensación de que podría hacerlo mejor. No es fácil hablar de uno mismo, ¿sabes? Todo lo que cuento en este disco tiene que ver con mi vida en estos últimos años; mi lugar en el mundo, y pensamientos y sentimientos que hay en mí desde que soy niño. Pero tengo que decir que esta vez el proceso ha sido bastante fluido y natural”, explica en grandes líneas para definir esta nueva aventura emancipado de toda banda.
Patricia Gallego
Tiene lógica, teniendo en cuenta que sendos trabajos publicados con Beady Eyes alimentaron todo tipo de especulaciones sobre que Oasis no tenía ya nada que hacer sin Noel. “No creo que vuelva a tener nunca otra banda, ya que todo lo que haga como grupo será comparado con Oasis. Ahora quiero que mi música solo tenga que ver conmigo”. Porque si de algo no hay duda es de que, si bien Liam era el cantante carismático y de voz inconfundible, capaz de acaparar mes a mes portadas de la NME (New Musical Express, semanario musical británico), su hermano fue quien compuso la mayor parte de los hits del grupo, responsable en gran medida de llevar a Oasis a la cima con canciones como Some Might Say, Don’t Look Back in Anger o All Around the World –por citar solo algunas–, que llegaron todas ellas a copar el puesto número 1 de los charts del Reino Unido.
D.R.
Ahora solo bebo de lunes a viernes y de sábado a domingo. ¡Solo un par de veces a la semana!
As You Were nos presenta desde la portada a un Liam en blanco y negro retratado por el fotógrafo y director creativo Hedi Slimane. “Es una foto clásica, sobria, sobre fondo neutro. Justo lo que buscaba”, explica su protagonista. El cantante se muestra en la imagen confiado, seguro, con una actitud cortante, casi desafiante. Es el Liam del futuro, ese que firma discos con su apellido y que no necesita palmeros a sus espaldas. Es el Liam de la desfachatez y el descaro punk que siembra la red con declaraciones tan obtusas como lastimeras, pero también el Liam que cada mañana se levanta para salir a correr y que intenta hacer las cosas bien por una vez. “Cuando llegas a una edad intentas ser más responsable. Ahora trato de beber menos, meterme menos –dice mientras señala la nariz–, ya sabes. Ahora solo bebo de lunes a viernes y de sábado a domingo. ¡Solo un par de veces a la semana! [risas]”, bromea. “Me he equivocado muchas veces en mi vida y me he metido en líos sin sentido. Demasiado drama. Pero no creo que en el plano musical haya cometido grandes errores”.
En cambio, en lo estrictamente musical, su primera puesta de largo en solitario sigue recordando en gran medida a Oasis. Indie pop rock guitarrero con algún que otro ramalazo psicodélico en la estela del sonido que definió la escena british desde los noventa hasta principios de siglo. Aunque él mismo aclara que tampoco fue su intención reinventar la gaseosa. “Este es un disco de rock clásico. ¡No iba a hacer uno de dance! A mí lo que siempre me ha gustado es Neil Young, Sex Pistols, The Kinks, The Who… Mis referencias siguen siendo las mismas. Jamás se me ocurriría empezar de pronto a escuchar mierdas de EBM (Electronic Body Music) o géneros por el estilo”, apostilla vacilón desde el sillón Chester.
Lo que ha salido por esa boca...
Patricia Gallego
La promoción de su nuevo trabajo está trayendo consigo algún que otro titular que hace tambalear el bosquejo de un nuevo Liam más preocupado por su música que en montar un pifostio allá donde pone los pies. Sin ir más lejos, hace unos meses decidió que era hora de abrir (una vez más) la caja de Pandora en sus ya famosos ultrajes contra Damon Albarn, el único rival que consiguió hacerle sombra en varias ocasiones durante los gloriosos años de Oasis. Bastó que su hermano Noel y el frontman de Blur se juntasen para colaborar en el último trabajo de Gorillaz, la otra banda liderada por Albarn. “Ese chulo de Blur ha convertido a Noel Gallagher en una nenaza, pero creedme, la próxima vez que le vea habrá guerra”, publicaba en Twitter días atrás, la red favorita del cantante cuando se trata de despotricar y cortar cabezas a diestro y siniestro.
El compositor londinense no ha sido la única víctima de los varapalos verbales de Liam. También Bono y su banda se han llevado lo suyo en los últimos meses, ira desatada a partir de que Noel su subiera al escenario con U2 para interpretar juntos Don’t Look Back in Anger, uno de los temas insignes del quinteto de Mánchester. “Preferiría comerme mi propia mierda antes que ir a verlos en directo”, escribía horas después en su muro. “Me jode que la gente siga viendo a U2 como una banda de rock. Oasis sí que hacíamos rock n’ roll, así como The Rolling Stones o Sex Pistols. Ellos no son más que un grupo de tíos tocando la guitarra”, suelta con la socarronería propia del que se sabe de vuelta.
Patricia Gallego
Si hay uno que se salva de entre sus coetáneos es el líder de Coldplay Chris Martin, con quien entonó Live Forever, compuesta también por su hermano Noel, durante el One Love Manchester, el evento encabezado por Ariana Grande que tenía como fin recaudar fondos para las familias de las víctimas del atentado ocurrido en el concierto de la artista estadounidense en el Manchester Arena el pasado 22 de mayo. “Puede que Coldplay y U2 hagan algo similar. Vale, no es mi rollo de música, pero ¿por qué yo toqué con Coldplay y jamás lo haría con U2? Básicamente porque Chris Martin es una buena persona, y Bono un predicador. No me gusta la gente como él”, explica a Esquire sin tapujos. Tampoco le sentó nada bien que su hermano no se presentara aquella noche en el concierto benéfico como estaba programado, un acontecimiento incumplido que muchos de sus fans entendieron como una posible reunión de ambos líderes, algo que el propio Liam no tarda en desmentirnos. “Si Noel se hubiese presentado como yo en el One Love él habría tocado con su guitarra y yo con Chris Martin, como hice. En ningún momento se habló de coincidir sobre el escenario”.
Estoy harto de que me llamen hooligan. Siempre me he considerado un buen tío, eso sí, siempre que no me toquen las pelotas
En los últimos meses Liam ha estado girando por varios festivales, algunos de ellos en nuestra geografía, con un setlist que incluye temas de su antigua banda y varias de su nuevo trabajo, algunas inéditas hasta el momento. Una de las últimas actuaciones tuvo lugar en el marco del festival Lollapalooza de Chicago, que acabaría después de tocar solo cuatro canciones. Seguidamente, se disculparía con estas palabras en Twitter: “Lo siento por la gente que vino, pero tuve un concierto muy duro la noche antes y me jodí la voz”. Y a otra cosa. Entre tanto, el hater del pop no se ha cortado en seguir escupiendo todo tipo de afilados comentarios en la red de los 140 caracteres y en dejar para la posteridad perlas varias. Desde asegurar que jamás meterá un pie en el coche de Carpool Karaoke, el exitoso formato conducido por James Corden –al que llama “imbécil”– en el que estrellas de primera línea cantan a dúo con el presentador en coche por Los Ángeles, hasta exclamar que el mundo se había vuelto loco por negarle la compra de cigarrillos en un establecimiento de Nueva York o confesar que en veinte años jamás había visto en persona a su hija Molly, fruto de una aventura con la cantante Lisa Moorish poco después de casarse con la actriz Patsy Kensit, madre de su hijo Lennon (18 años), ahora modelo en ciernes. Un historial reciente que no ha hecho sino incrementar su arraigada fama de gamberro y déspota, con la que discrepa: “Estoy harto de que me llamen hooligan. Siempre me he considerado un buen tío, eso sí, siempre que no me toquen las pelotas. Entonces sí que la lío y puedo meterme en broncas, pero eso no me hace ser un hooligan”.
Mucho se ha especulado acerca de una posible vuelta a los escenarios de la banda y lo cierto es que, a tenor de las mastodónticas cifras que mueven los regresos de bandas legendarias, no resulta descabellado pensar que en un futuro reciente veamos a Oasis encabezando los carteles de los festivales de verano de turno. Marcus Russell, exmánager de la banda disuelta en 2009 coincidiendo con los últimos estertores del britpop, se encargó de poner fin a los rumores durante la presentación del documental dirigido por Mat Whitecross Oasis: Supersonic. “No existe ninguna razón para que Oasis vuelva a juntarse y nadie de la banda quiere que ocurra”, respondía a la pregunta acerca de una posible reunión futura del quinteto que le lanzaba un periodista.
Los hermanos Gallagher tocando juntos con Oasis en 2003.
Getty Images
Pero lo cierto es que desde que Noel decidiera emprender su carrera al margen de sus compañeros con su proyecto Noel Gallagher’s High Flying Birds, las declaraciones de Liam al respecto han sembrado algunas dudas sobre sus verdaderas intenciones, contradiciéndose a menudo sobre su deseo de volver a retomar su posición en la banda. Desde asegurar que nada le gustaría más que reunirse de nuevo con sus colegas hasta ironizar con que preferiría trabajar en un restaurante de comida rápida antes que tocar otra vez con ellos.
“Fue un tiempo maravilloso, pero yo ya he estado ahí arriba y sé lo que es. Ahora toca dejar paso a las nuevas generaciones. No puedo decir que eche demasiadas cosas de menos de los tiempos con Oasis, más allá del hecho de tocar con mi hermano y todo lo que hicieron nuestros fans por nosotros”, dice evitando mostrar cualquier atisbo de nostalgia sobre aquellos tiempos –así son los tipos duros–. Años de bonanza en los que Oasis había pasado a ser uno de los nombres clave de una industria que se sirvió de etiquetas como “indie” o “alternativo” para reivindicar un nuevo movimiento musical que citaba entre sus influencias a nombres como The Beatles, The Who, The Smiths o Happy Mondays. Una escena surgida del underground que vio el filón rápidamente con la llegada de otros grupos como Blur, Suede, Ocean Colour Scene o The Verve, que en poco tiempo sedujeron tanto al público como a la crítica con un pop enérgico sobre la resaca posadolescente, unos estudiados cortes de pelo retro, zapas y chubasqueros Adidas vintage y una pose demasiado cool.
Patricia Gallego
Oasis no solo llegó en ese tiempo a editar el disco más rápidamente vendido en la historia del país, con 420.000 copias vendidas el mismo día de su lanzamiento –su sobresaliente tercer trabajo Be Here Now (Creation Records, 1997)–, sino a reunir a la friolera de 500.000 personas en sus dos directos de los días 10 y 11 de agosto de 1996
No tío, ni de coña nos vamos a reunir. Sería genial volver a ser hermanos y tocar juntos, pero por ahora no es una opción viable. No nos soportamos
en Knebworth Park, en Hertfordshire, recordado a día de hoy como uno de los conciertos más grandes la historia. Pero la gallina de los huevos de oro acabó por explotar años más tarde en una guerra de egos protagonizada por los dos hermanos y líderes de la banda, que sigue a día de hoy haciendo correr ríos de tinta en los tabloides ingleses. “Nunca sabré cuál fue el origen de nuestro desencuentro, pero si algún día lo descubres, me llamas y me lo cuentas”, dice. “Siempre me ha gustado la gente que va de frente. Mi hermano, en cambio, es de esos que necesitan rodearse de personas que le digan constantemente: ‘¡Oh, tío, eres genial!’ –espeta mientras reproduce el gesto de dar palmaditas en la espalda–. Es un loco del fenómeno fan. Definitivamente, no me interesa un pelo la gente como él. Somos demasiado diferentes y creo que lo mejor es que cada uno siga su camino”, apostilla antes de zanjar cualquier duda al respecto de un posible alto al fuego en la relación. “No tío, ni de coña nos vamos a reunir. Sería genial volver a ser hermanos y tocar juntos, pero por ahora no es una opción viable. No nos soportamos”. Solo el tiempo sabe si habrá paz para los Gallagher. Por ahora, solo podemos decir con certeza que tendremos Liam –y guerra– para rato. Rocanrol.
Photos
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Liam Gallager cover Esquire from Spain:
Art Director: Javier Suárez
Photographer: Patricia Gallego
Editor in Chief: Jorge Alcalde
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https://www.esquire.com/es/revista-esquire/a12264635/el-nuevo-esquire-llega-a-los-quioscos/
https://www.esquire.com/es/actualidad/musica/a12785657/liam-gallagher-entrevistamos-al-hermano-malo-de-oasis/